El gimnasio del barrio

*Una loma empinada donde se sortea la maleza y se alcanza apreciar la escasez, conduce al gimnasio Tomás “El Gusano” Rojas, un lugar creado para que jóvenes del barrio del puerto de Veracruz acudieran a entrenar boxeo

Inés Tabal

Veracruz, Ver.- La colonia La Pochota, ubicada en la zona poniente de la ciudad de Veracruz, esconde entre sus casas a medio construir, un inmueble de dos pisos que hace 12 años la leyenda del boxeo jarocho, Tomás “El Gusano” Rojas, construyó para que jóvenes de la zona practicaran este deporte.

Para llegar al sitio se debe bajar una loma empinada, llena de maleza y rodeada de calles de tierra y piedra. Aquí todos los días hombres y mujeres de la periferia de la ciudad se preparan para ser las próximas figuras del boxeo jarocho.

En esta colonia, donde los servicios básicos escasean, pero donde sobra talento, creció uno de las leyendas del boxeo mexicano: Tomás “El Gusano” Rojas. Años más tarde elegiría este lugar para fundar un gimnasio para que jóvenes se preparen en el cuadrilátero y como él algún día lo hizo, alcanzar el éxito.

La fachada del lugar luce con las cortinas abiertas, frente al establecimiento tres motocicletas y motonetas permanecen estacionadas.

Las cuerdas de un cuadrilátero sobresalen desde la entrada. Arriba del ring 7 jóvenes se balancean de un lado al otro y tiran golpes al aire.

El lugar se encuentra tapizado de posters e imágenes del “Orgullo de La Pochota”, de sus peleas y años de gloria que vieron a Tomás coronarse como tres veces campeón mundial, pero también de leyendas como Julio Chávez, así como de líderes sindicales y gobernadores que apoyaron al campeón.

Cómo si fuera una pasarela del tiempo plasmada en imágenes está cada una de sus peleas, de sus ganchos y golpes que dio a sus contrincantes y que más tarde lo llevaron a saborear la victoria.

Las peras y costales que cuelgan de unas cuerdas, se encuentran envueltas en cintas grises, el paso del tiempo y los golpes han hecho estragos en estos costales de entrenamiento. Parte del piso está despegado, pero eso no importa a los jóvenes, sino el hecho de decir que entrenan en el gimnasio del Gusano.

“Mi carnal salió de aquí, de La Pochota, él creció aquí. Entonces él dijo que, si él salió adelante siendo de la colonia, pues decidió hacer un gimnasio que sea para la gente humilde, pobre, porque todo mundo se enfoca a Costa de Oro o más allá. Entonces que mejor que sea aquí, donde hay hambre, hay que buscar a la gente del barrio, sacar a la gente de las drogadicciones y todas esas cosas”, comenta Fortino, entrenador del lugar.

Él es el hermano mayor de Tomás y quien entrena a los jóvenes, como algún día lo hizo con su hermano, pero no solo les enseña a boxear, también los aconseja para que no caigan en las drogas y se enfoquen a su objetivo.

Por este cuadrilátero pasaron más de 500 jóvenes que han entrenado y han tenido la ilusión de tocar el éxito, pero pocos son los que en verdad se enfocan y no se distraen su objetivo.

Además de ser la cuna donde se preparan boxeadores amateurs, dentro del lugar se llevaban a cabo pequeños torneos para que los chicos se desenvuelvan entre el público.

Mañana y tarde el gimnasio Tomás “El Gusano” Rojas recibe a personas de la periferia y de otras localidades cercanas que encontraron en este lugar un sitio donde alcanzar sus sueños, sin importar de donde vengan.

 

 

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